La Multidimensionalidad y el Universo Astral
Somos una consciencia, un espíritu que se manifiesta en las diferentes dimensiones para experimentar la creación de todas las formas posibles. La experiencia humana no es nuestra primera experiencia, hemos entrado en consciencia a vivir en planos sutiles, menos densos que el físico, muchas veces y poco a poco nos hemos ido acercando a la materia, no porque sea el final del camino, simplemente nos llamó la atención este tipo de experiencia.
Es muy difícil describir el mundo sutil a alguien que no recuerda haberlo vivido, pero resulta todavía más difícil explicar el mundo de la materia a quien nunca ha estado aquí. Si fuésemos seres sutiles, viviendo en el universo astral, nos costaría mucho entender que las cosas en el mundo físico cambian lentamente, que para lograr algo hay que esforzarse, enfocarse durante mucho tiempo en un objetivo, luego ponerle el corazón, la energía, y fracasar muchas veces, luego quizás alcanzamos la meta. Que aún luego de cometer errores, de caer, de equivocarnos, somos capaces de encontrar la fe necesaria para comenzar de nuevo. Que tomamos la energía de los alimentos, y que la mayoría los cocina, con lo cual ya casi no se recibe nada útil en el cuerpo, que pensamos que tenemos una sola vida y que estamos desconectados del universo. Nada de esto tendría sentido en el universo astral, y menos aún en mundos más sutiles.
Es más fácil para nosotros entender el mundo sutil, no solo porque ya hemos estado allí, sino porque seguimos estando. Cada noche al dormir nuestra consciencia, que es como una linterna, deja de enfocarse en nuestro cuerpo físico para volar libremente y alumbrar aquella manifestación o manifestaciones que más le interesen. Los sueños ocurren en una dimensión sutil, en donde creamos desde varios lugares de nuestra mente, todos los escenarios que queremos.
Estas obras de teatro pueden ser caóticas para la lógica de la vigilia, pero son el reflejo de un potencial creativo que tenemos ya que nos estamos entrenando en el juego de ser co-creadores junto a Dios. En el mundo físico nos encontramos con unos límites que nos permiten arrepentirnos, cambiar de idea, y así vamos comprendiendo que creamos desde nuestras emociones y pensamientos, y que estos pueden ser conscientes o inconscientes. Moldeamos el mundo a nuestro antojo, allí donde nos enfocamos hacemos que algo ocurra, o que se multiplique y crezca.
En los sueños estamos practicando crear en el universo astral, cuando despertamos creemos que todo eso que vivimos ha desaparecido, pero sigue allí y mientras más energía de pensamiento y emoción le ponemos más duración puede tener, aunque estemos ya con los ojos abiertos. Eventualmente algo de lo creado puede llegar a materializarse, en caso de que necesitemos de la experiencia material para algún aprendizaje específico.
El universo astral es un gran teatro, en donde todos pueden crear sus escenarios y además podemos compartirlos. Hay seres que con su poder mental han creado paraísos celestiales en donde habitan miles de entidades, allí todos disfrutan de dicha creación y aunque pueden crearse sub-escenarios, comparten dicho gran teatro con los demás, una especie de pacto.
Igualmente sucede con los teatros infernales, son proyecciones de las mentes y las emociones de quienes los habitan. Estos seres sienten que son completamente reales, y que ellos no tienen poder para salir de allí o para modificar lo que están vivenciando. Por más que algunos guías, ángeles o maestros estén a su lado, están tan metidos en sus pequeñas creaciones que es muy difícil sacarles de allí, porque en realidad solo ellos, con su libre albedrío pueden hacerlo.
Así entonces tenemos un muy variado universo astral. Todo lo físico tiene su contrapartida astral, y cuando es destruido su parte astral termina también desintegrándose. Por ejemplo, una mesa tiene su mesa astral, pero si la mesa se vuelve aserrín, ya no existirá en el astral. Pero hay muchas más cosas y seres en el astral que no son la contrapartida de algo físico, sino que existen porque una consciencia los está creando.
En el universo astral hay visitantes, aquellos que dejan la existencia física durante un tiempo y experimentan la vida en el astral hasta volver a encarnar en un nuevo cuerpo material. También habitan el astral, millones de seres que ya trascendieron el mundo físico material, o que nunca han tenido una vida física.
Para culminar un ciclo de vida físico y volverse habitantes permanentes del universo astral, los deseos materiales no deben existir, es decir, el ser ya no tiene necesidad de existir en la forma material, ya vivió y experimentó todo lo que deseaba. Entonces comienza una serie de largas existencias astrales, en cada muerte astral pasa al siguiente plano sutil, llamado plano causal y desde allí vuelve a encarnar en un nuevo cuerpo astral hasta que cumple su ciclo astral y entra en el universo causal de forma permanente y desde allí puede llegar a ser uno con Dios.
La descripción anterior es solo un proceso, una de las infinitas posibilidades de experiencia en uno de los billones de universos que existen, ya que uno de los nombres de Dios es: El Infinito de Posibilidades.
